DELICIAS DEL PARQUE "EL CAPRICHO"

     Un puente en la soledad bajo las aguas frías del estanque, en donde los patos se deslizan lentamente, el hielo les obliga en algunos lugares a deslizarse sobre él. Gran paisaje nevado, blanco y tranquilo, aguas remansas llenas de calma y tranquilidad. Poca gente transita por El Capricho ese día frío del invierno y a lo lejos se escuchan los ecos del silencio.




      Se escuchan los susurros del silencio y el olvido; la nostalgia y la añoranza de aquellos días eternos que vuelven a la memoria. Aquéllos fueron felices y los del "hoy" son aún más dichosos, en los que se mira hacia el futuro, hacia el horizonte y jamás vuelve la vista atrás.

    La poesía se escribe sola, cada verso rima con el siguiente, es fácil, el paisaje incita a la sensibilidad en la pluma, en cada palabra que se escribe y se plasma. La Naturaleza misma llama al deseo de escribir cualquier frase con sentido puesto que el sentimiento está vivo. El escritor desea describir este paisaje blanco y tierno, tiende al  dulzor en sus palabras...

     Cada ser que se ve es una delicia paseando encima de esa capa de hielo que cubre el gradioso estanque que deleita el parque; allí únicamente se respira paz y armonía, las palabras se escuchan a lo lejos porque las trae el viento, el único que saborea la leyenda y la historia de aquel lugar misterioso, escesivamente silencioso, en el que, de vez en cuando, se esconde alguna pareja de enamorados detrás de los troncos milenarios y, se besan tiernamente.

                                                                                                                                                                                   El pintor a lo lejos lanza pinceladas bajo el lienzo, capta la imagen de la puerta y el reflejo de las aguas. Entreabierta bajo el ángulo que capta el verdor rodeado de blanco; bajo esa prisma se escucha la soledad de cada hombre, el clamor del viento y la belleza de esa naturaleza viva. Hay vida en ese cuadro, bajo esa tela y detrás de esas manos que lo crean y lo viven.

      Ocres y sonrosados los muros, los ángulos rectos, pincelados, pixelados... A través de ellos se mira al futuro a través de un hueco, de un agujero rectangular...Es vida, se ve esperanza, se percibe el futuro.


      Prohibiciones, pasos cerrados, carteles que impiden el paso. Nos recuerdan que a veces, se nos limita avanzar, se nos ponen trabas en el camino...Un cartel, unas palabras, un sentido.

     El caminante tiene obstáculos en su duro camino y a veces, debe retroceder, volver a hacer ese fatigoso vericueto lleno de trabas, caídas y luchas interminables. Pero, sin embargo, se busca el lugar adecuado para rodear el estanque, para seguir y dar la vuelta..para mirar la otra parte que nos queda por atravesar y admirar.

La sensibilidad, la armonia y el equilibrio reina en el silencio de la naturaleza viva.

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