AQUELLOS TIEMPOS, LOS DE NUESTRA INFANCIA ...

Cómo no tener presentes los recuerdos de aquella infancia dulce y suave, corriendo entre la hierba y cogiendo amapolas, robando cerezas de los frutales y saboreando los higos del vecino de al lado sin permiso para cogerlos...

Todavía vienen a mi memoria imágenes tan vivas y nítidas de aquellos años felices como si los tuviera delante ahora mismo y estuvieran sucediendo delante mío...Días de ensueño y tardes de juego, de algarabía y revuelo por las trastadas cometidas continuamente en donde, los mayores eran una especie de policía que nos interrogaban continuamente nuestras actuaciones...Qué tiempos aquellos de subir y bajar continuamente a la calle, cruzarla sin peligro y allanar el camino hasta el descampado más próximo para seguir jugando, patinar con aquellos patines de hierro de cuatro ruedas o subir los badenes con las bicicletas al caer la tarde... Recuerdo las hogueras y los rebaños en la lejanía, las chavolas que amanecían y atardecían con una única bombilla; me asombro al pensar en las meriendas insaciables de pan con chocolate y mantequilla, queso con miel y otra vez, más pan.

Todavía se me turbia la mente cuando me recreo en aquellos años felices en la mente de un niño de once o doce años, bailando al son de la música del único canal televisivo o quizá de uno de los dos que existían entonces y que por la noche dejaban de existir y se apagaban al igual que su "caja tonta y misteriosa" donde hoy en día, no se sabe a ciencia cierta cuántos múltiples canales existen...Entonces los aparatos tenían su fin, se daba a un interruptor y parecía como si no existiesen ya más....

Recuerdo aquellos días gloriosos, deliciosos momentos para guardar siempre en esa memoria a la que acudimos cuando deseamos rememorar la dulzura del instante pasado; aquellos tiempos de infancia en los que, reíamos a gusto y gastábamos la energía únicamente en divertirnos estando en la calle, al aire libre, sin tener miedos ni angustias ante los desconocidos...y ahora quién lo diría, si apenas los chavales pueden salir solos a la calle...y menos, jugar en ella libremente, sin estar pendientes de miradas de desconocidos que acechan desde los rincones...

El juego antes era y se hacía en plena libertad, no se miraba el juguete en sí sino en el fin, la diversión por la diversión, no existía ningún motivo más ...únicamente se pensaba en nuestros niños...en que disfrutaran y lo pasaran lo mejor posible.

Lo delicioso de la vida entonces era el momento, el disfrute de él, con lo poco o mucho que se tuviera...no importaba más...y hoy en día, no se tiene suficiente con nada, siempre se reclama y se pide más y más.Qué tiempos los de entonces, libertad y sonrisas al mismo tiempo...no existían tantas máquinas ni tan siquiera, ordenadores ni consolas con los que jugar y emplear horas sin límite frente a ellas...

¿Volverán los días de aquella infancia alguna vez o jamás retomaremos la diversión y el mero juego en sí mismo? Qué maravillosos y dulces recuerdos los de la niñez, la infancia, la adolescencia...los pasados y efímeros que ya, nunca volverán.

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