A TRAVÉS DE LOS CRISTALES CAE LA LLUVIA

Permanece inmóvil, quieto como una estatua, mirando únicamente, a través de los cristales de la cocina, y escuchando el susurro de la lluvia, las gotitas finas y transparentes rozar el alféizar de su ventana y, los pájaros escondidos en el huecos apenas imperceptibles de los árboles. Un sonido, una canción, un suspiro, el hipo y el lloro de alguien, las lágrimas que no se contienen y se derraman del niño que ve enfrente de su ventana, la cara tierna y sensible de la infancia que acontece tras el cristal; fijo y con la mirada clavada en esa ventana, sigue los movimientos del pequeño al tiempo que el lloro parece resurgir en el tiempo y, recuerda su propia infancia, muy pasada ya, en la que era un chiquillo que saltaba y corría; recuerda fugaces imágenes, saltos en su memoria,  en donde los intervalos son largos y cortos a la vez, alterna en el tiempo y en el espacio las historias y los momentos felices y amargos en los que, su historia se escribe.



Se gira, se mueve, se da la vuelta y se mira de nuevo, se ve reflejado en el cristal, le da miedo su propia silueta, su propia historia y se tapa la cara. Un chopo verde y frondoso roza la ventana con su lento y acompasado vaivén, el aire fresco de la tarde penetra y empapa las paredes de esa cocina en donde su quietud desaparece, el nerviosismo de los recuerdos le persigue y llora por liberarse de ellos pero, un destello de felicidad le invade de repente y, sigilosamente, su cara, su semblante, cambia y empieza a coger la pluma, a poner todos sus sentidos para escribir de nuevo su historia personal plasmada en un libro que retrata su vida, el que escribe desde hace años y nunca termina, sus memorias, los reflejos de su vida con anhelos y deseos, con frustraciones y miedos, con ilusiones y alegrías entre un conjunto de momentos claves de su vida. Su vida es escribir, es plasmar, es reflejar, es contar y dar a conocer, enseñar y revelar en el papel, su historia aunque no lo desee de repente y, le cueste un desconsolado y angustioso desvelo por no querer escribir lo que fue, y que ya nunca dejará de ser aunque quiera lo contrario.


Le pesa su pluma pero la desliza levemente y con cuidado sobre el papel, mira al frente y escribe, no para, no puede parar, ha empezado lentamente pero se ha emborrachado con las palabras y le ha cogido el gusto a no frenar y rellenar cuartillas una tras otra. Él como  escritor delata su situación de soledad ante ese mundo que poco a poco, se fraguó en torno a su persona, se quedó solo y aislado en un momento dado y más tarde, en una época posterior, reconoció su encuentro personal con un mundo que le rodeaba y en el que sentía pasión por darse y recibir de los demás, un sentido a esa vida que le había tocado vivir, a un momento histórico y  concreto de la vida que nunca podrá cambiar; amó y fue amado, y sus amores tiernos y apasionados le obligaron a una soledad callada y silenciosa, oculta tras los cristales de un lugar perdido, sin nombre y lejos de expresar a nadie, solitario amó y solitario quedó, oculto entre silenciosos y misteriosos interrogantes que, en su día y hoy,  no puede dar nombres reales y por tanto, nadie sabrá y quedarán únicamente en falsos motes o narraciones suyas verdaderas en terceras personas, inventadas y convertidas en mitos y leyendas, en paraísos perdidos y ocultos en el baúl de los recuerdos.
Únicamente él sabe la verdad de las telarañas de su vida, tejidas con esmero para que nadie las sepa o las averigüe, tal vez, sus amores prohibidos en lo más profundo se su vida.



Lluvia espesa, no para y no cesa, el sonido y el ruido rítmico de cada gota golpea la pizarra negra del alféizar y se adentra el olor a jara y a romero por la ventana, le incita a seguir escribiendo, le anima a seguir soñando al tiempo que escribe compulsivamente y sin pausa; letras apenas inteligibles, frases inconexas, sin terminaciones completas, sin acentos y sin puntos ni comas; su cuaderno manoseado y con las puntas de las hojas dadas la vuelta, reflejan su ansiedad por no dejar nada en el tintero, por explotar y sacar a la luz todo lo que quiere y desea expresar desde hace tiempo, sin que pueda nadie arrebatarle absolutamente nadie ese momento, de escritura rápida y fiel a su verdadera historia, sin cortapisas ni paradas.

Comentarios

  1. Anónimo23:10

    Almu, me ha gustado mucho este relato de tipo intimista, es muy fácil sentirse reflejado en alguno de sus párrafos, provocando en el lector una cierta sensación de nostalgia.

    Te animo a que sigas escribiendo.

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  2. Tengo curiosidad por saber quién eres. Me ha gustado tu comentario mucho. Un beso

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