REQUIEM DE WOLFGANG AMADEUS MOZART A CARGO DEL DIRECTOR FELIPE BEL (11-3-2012, 20 horas) EN RECUERDO DE LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO DEL 2004
AGRUPACIÓN CORAL DE COSLADA
Nacida en febrero de 2003, de la mano de la Directora Amalia Rodríguez, con origen en La Escuela Municipal de Música de Coslada, desde su inicio ha colaborado con el Ayuntamiento de Coslada en diferentes eventos bajo su patrocinio. Integra a personas de diferente procedencia y edades reunidas por su amor a la música. Ha participado en un ciclo de conciertos en diferentes localidades de La Comunidad de Madrid (Buitrago, Pozuelo, Guadarrama) junto a las corales Santa Mª del Castillo de Buitrago y Kantorei y la orquesta de Pozuelo de Alarcón interpretando la obra Carmina Burana de Carl Orff bajo la batuta de Pedro Nebreda y en diferentes conciertos de zarzuela. Desde 2004 organiza un encuentro anual navideño en el que se comparte la música con otras agrupaciones vocales de la Comunidad de Madrid. En Junio de 2008, con el apoyo de la Concejalía de Cultura de Coslada, La Agrupación Coral organizó un concierto para inaugurar las obras de remodelación del Auditorio al aire libre del Lago de Coslada. El concierto consistió en la representación de la obra Carmina Burana en el arreglo que el propio C. Orff realizó para dos pianos y percusión, y en él participaron otras cinco agrupaciones corales. En Junio de 2010 organizó un concierto en el Auditorio del Lago, “La Grandiosa Música Coral”, para pequeño grupo instrumental, cuarteto solista y coro, contando con la colaboración de otras cuatro agrupaciones corales más, y abordando fragmentos de grandes piezas de oratorio y coros de ópera. Recientemente ha participado en el X Encuentro de Corales en Rivas y en La XX Primavera de Música Ciudad de Los Poetas. Desde Septiembre de 2009 está dirigida por Felipe Bel.
REQUIEM
WOLFGANG AMADEUS MOZART
(VERSIÓN CON ÓRGANO Y TIMBALES)
AGRUPACIÓN CORAL DE COSLADA
Rupert Damerell: Órgano
Concepción Díaz: Soprano
Marta Bornaechea: Alto
Felipe Bel: Tenor
Pedro Adarraga: Bajo y percusión
Domingo 11 de Marzo de 2012 a las 20:00 horas.
Iglesia de San Pedro y San Pablo (Coslada)
Dirección: Felipe Bel
PROGRAMA DEL CONCIERTO
Ave Verum Corpus KV 618…..W. A. Mozart
Requiem KV 626……………...W. A. Mozart
Requiem Lacrimosa
Dies irae Domine Jesu
Tuba mirum Hostias
Rex tremendae Sanctus
Recordare Benedictus
Confutatis Agnus Dei
Hallelujah……………………..G. F. Haendel
NOTAS AL PROGRAMA
Fue en uno de aquellos viajes donde conoció a un arrogante muchacho de cabellera pelirroja y rizada con el que entabló una gran amistad; nada menos que J. Christian, el hijo menor de Bach. Tampoco había olvidado la anécdota vivida en su viaje a Italia, cuando rindió ante sus pies al Papa Clemente XIV, al escribir esa noche en partitura, y casi a la perfección, el famoso y “custodiado” Miserere de Allegri, después de haberlo escuchado por la mañana en La Capilla Sixtina.
La mirada de aquella niña de ojos grandes y pelo negro que siempre salía a recibirle cuando acudía a visitar a su hermana mayor, su enamorada Aloysa. Aquella niña, de tez angelical y rostro ilusionado, Constanze, que acabaría siendo su esposa. Sus grandes éxitos tras el estreno de El Rapto en el Serrallo, Las Bodas de Fígaro o la Flauta Mágica. El esplendoroso descubrimiento de la obra de Bach y Haendel a los que siempre admiró. El sabor agrio de sus fracasos como el de Don Giovanni. El gran vacío que sintió ante la muerte de su padre. La sensación de fracaso y congoja cuando su situación económica empeoró y su fama empezó a decaer. El olor de la piel del pequeño Franz al cogerlo en sus brazos, recién nacido…
Y aquella aparición escalofriante. Desde entonces no había podido dormir bien. Ese extraño mensajero que se había presentado encargándole la creación de un Réquiem y que había vuelto en varias ocasiones apremiándole en su finalización. Desde aquella aparición había sentido una trágica premonición. Ahora estaba convencido de que ese mensajero del destino le había encargado la música para su propio funeral.
Con estos pensamientos se quedó dormido. La fiebre empezaba a volver y Constanze mandó llamar a Franz Süssmayr, alumno de Mozart, al que más adelante encargaría la finalización del Requiem y que esa misma mañana había estado visitando a su maestro, para que fuera a buscar al doctor Closet, médico de la opera de Viena. Sobre las doce de la noche, llegó el doctor y aplicó unas compresas frías en la ardorosa frente de Mozart. Cuando se hubieron marchado los dos, entró Constanze en la estancia, le arropó, le acarició el rostro a la vez que besaba su mejilla, y abandonó sigilosamente la habitación para no despertarle.
Y fue sobre la una de la madrugada cuando una fría corriente de aire vienés apagaba para siempre el pequeño halo de luz que salía de esa débil lámpara de aceite…
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