RELATO DE UNO DE MIS AMIGOS SOBRE "Una visita al campo de Concentración de Auswitch"

Agotado, casi sin fuerzas, se disponía a intentar recuperarse para el terrible día que le esperaba mañana, tan terrible como había sido hoy y lo sería el siguiente.

Oyó llorar a su lado. No se podía imaginar, a estas alturas del horror, que alguien tuviera fuerzas y rebeldía para llorar.  Se volvió hacia el origen de los llantos.

-      ¿Por qué lloras? ¿Todavía no te has resignado a tu suerte?.

-       No tengo miedo a morir, puede que sea mañana, pero estoy mentalizado

-       Entonces….., no te entiendo.

-      ¿Sabes?. Mi familia, mis amigos, todo aquel que sabía que existo ha muerto. No queda nadie. Mañana puedo morir y nadie me echará de menos, nadie me recordará ni siquiera un minuto. No es miedo a la muerte, es miedo al olvido.

  

Miedo al olvido. Todos los que estaban allí, en aquel barracón, no sólo estaban ya muertos,  estaban también olvidados.

Miró su cara, le era imposible saber si había dormido a su lado  noche anterior, quizá sí, o quizá hubiera ocupado la plaza de otro olvidado.

El agotamiento le pudo y sólo el grito salvaje de los carceleros le empujó a un nuevo día, sin saber si llegaría a verlo finalizar.

Agotado, casi sin fuerzas, se disponía a intentar recuperarse para el terrible día que le esperaba mañana. Pero antes se volvió hacia su compañero. Vio una cara nueva, imaginó el resto, debilidad e inanición, un mal golpe dado por un  brutal SS o quizá un paseo a las duchas.  

Una oración en forma de pequeño murmullo  salió de su boca por el alma de la persona que la noche anterior lloraba a su lado.

(Desarrollado en 2001 a partir de un fugaz pensamiento durante una visita al campo de Concentración de Auswitch, 1999).

Gracias Juanma por deleitarnos una vez más con uno de tus relatos; eres un verdadero artista en el campo literario y como no, en el informático. Una gran ayuda imprescindible y muy válida en la Asociación de Madres y Padres del C.P.Ciudad de Zaragoza donde trabajamos juntos desde hace años ...y lo mejor de todo, UN GRAN AMIGO