"MUERTE DE MI MARAVILLOSO COMPAÑERO DE AJEDREZ"


Son las 8 de la mañana y me acabo de enterar que mi más fiel compañero de ajedrez acaba de morir; un anciano de 85 años, adorable y muy risueño; me ha dejado sola.

Era más mi fiel compañero, con una mente privilegiada para jugar al ajedrez a pesar de estar impedido en una silla de ruedas y con oxígeno 24 horas al día. Ha dejado de respirar y se ha ido a otro mundo....

Sus ojos se encendían y se emocionaban cada vez que iba a verle al hospital y llevaba mi tablero y las fichas de ajedrez conmigo. Era un hombre especial, añorado y muy querido, el padre de uno de mis mejores amigos de la infancia con el cual, en los últimos años tuve bastante trato.

Sus ojos azules, pequeñitos y risueños le delataban; tenía una gran inteligencia y sabiduría, siempre sonreía a pesar de sus impedimentos; siempre estaba alegre ya fuera en la Residencia de Ancianos o en el Hospital. Su alegría era constante, innata, de por vida y era lo que le caracterizaba.

Cuando llegaba a verle, se estiraba rápidamente, me miraba con ilusión y agradecimiento; Hablaba con él, le acariciaba, me reía  mucho con sus comentarios y él me increpaba para que pasásemos a la fase de juego: el ajedrez. Allí mismo en el hospital improvisábamos una mesa, la adaptábamos a sus manos y brazos para que él estuviera lo más cómodo posible y nos poníamos "manos a la obra". Era admirable su talento, su ingenio, su inteligencia a la hora de mover las piezas; torpes movimientos le hacían tirar alguna pieza que rápidamente él levantaba y seguíamos.

Él solo quería jugar conmigo, se reía y decía que era una campèona y a mí me entraba la risa, disfrutaba con él y me entrenaba continuamente ya que su sabiduría me hacía pensar y dilucidar mejor las jugadas y el movimiento correcto de cada pieza, los ataques en cada momento y de iniciar la siguiente partida con una excelente apertura.

Gracias a cada anciano que esté a nuestro lado, todos son un pozo de sabiduría y ciencia. Son personas sensibles y tiernas que, en su fase más terminal, en el final de su vida al que llegaremos todos, nos enseñan a veces más de lo que nosotros les podemos ofrecer y nos dan un conocimiento más genuino de la vida y especial a través de su larga experiencia. Luchemos por ellos, hagámosles la vida más sencilla y agradable, un simple cariño o un roce en la cara, para ellos, es un mundo. 


Comentarios

  1. Anónimo16:52

    Eres una campeona, simple y llanamente por haber jugado con él al ajedrez y en especial por quererle. Mi marido ha tenido una familia estupenda tanto es así que muchos de sus tíos me han tratado como si fuera más su sobrina que él, los he querido, amado y los llevo en mi corazón y en mi pensamiento contínuamente, uno de ellos se llamaba César, otro Ernesto, otra Mercedes, otro Celestino, otro el tío Jesús que era genial, pero en especial la tía Carmen Sánchez.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo8:58

    Poniéndome la carne de gallina...como siempre. Qué privilegio tenerte cerca...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Déjanos tu comentario, nos ayudará a mejorar. Gracias.

Entradas populares