Recordando el ayer...Mis amigos de San Germán

Sin poder dormir me vienen a la memoria muchos recuerdos del ayer, como si los estuviera visualizando ahora mismo con perfecta nitidez; me da la impresión que no han transcurrido los años; por un momento sueño que el tiempo se ha detenido, no ha pasado, no ha existido, la respiración y el corazón de las personas se han parado y ...Miro hacia atrás y me asombro por todo lo acontecido durante estos años pasados y un tanto añorados y no olvidados, aún así, no me lo creo, me he perdido capítulos en mi memoria episódica, se han borrado pero, sin embargo otros, los veo claramente con las mismas personas, las mismas situaciones y hasta con las mismas palabras que fueron dichas entonces.

Miro atrás unos 35 años; echo de menos lo que fue en nuestra adolescencia y añoro tanto aquellos dulces momentos que....a veces se me caen las lágrimas cuando los recuerdo.  Sí, aquellos tiempos donde encontrábamos en nuestra adolescencia cobijo en un gran grupo, concretamente, en el grupo de jóvenes de San Germán en el que, yo pasé muchos años felices; allí compartíamos canciones en un coro los domingos, conversaciones, rezos, oraciones...y un sinfín de experiencias maravillosas en aquellos momentos de nuestra historia en los que, se moldeaba y se perfilaba parte de nuestra personalidad y eran años cruciales en nuestra historia personal.

Ha pasado el tiempo y todavía los recuerdo con cariño y ternura, cada persona me viene a la memoria tal cual, como era entonces y solo guardo los mejores momentos de cada una de ellas. Parece como si lo negativo o lo que no me gustó entonces, automáticamente lo hubiera borrado de mi memoria y no hubiera dejado ninguna huella.

Desde luego, era y sigue siendo después de tantos años, un gran grupo, que sigue vivo y seguirá vivo siempre, perdurará en el tiempo y, aunque pasen los años, seguiremos todos entonando las mismas canciones y compartiendo las mismas melodías y acordes de guitarra; la añoranza de aquel tiempo perdido de Marcel Proust estará presente siempre en nuestras vidas y nunca se perderá.

Pasa el tiempo y sigo a diario al lado de personas muy concretas de ese gran grupo sin las cuales, no podría seguir ya que, me dan vida y aliento, permanecen en mi memoria día y noche, forman parte de mi familia y de mi grupo de íntimos amigos. Y la pregunta que me hago es: ¿Qué huella dejan ciertos seres en nuestra vida que, después de tantos años, no podemos seguir ni avanzar sin ellos, día a día, minuto a minuto y a veces, son el aliento y la vida de nuestra existencia? Un reencuentro después de tantos años con algunos de ellos que, marcan el hoy y el ahora, y comparten los años maduros con nosotros, en los que se unen alegrías, esperanzas, sinsabores y tristezas al unísono.

¿Nos marcan tanto algunos seres humanos en nuestra larga vida? Sí, es así, en donde se comparten sentimientos, recuerdos y parte de nuestra historia personal. Los recuerdos son imágenes vivas y nítidas, con colores, olores, texturas y sabores de tiempos pasados...y la amistad sigue viva, no se pierde sino que se acrecienta y se supera con el tiempo. Es parte de nuestra vida y de nuestra historia.

Dedico todo el amor, el cariño y el recuerdo a todos mis amigos, íntimos e imprescindibles amigos de San Germán y recuerdo a los que ya, de ese gran grupo por razones vitales, ya no están con nosotros en esta tierra. 


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