PRIMAVERA Y NATURALEZA VIVA



Caminaba por la carretera despacio, mirando la arboleda que le rodeaba, los tonos verdes y amarillos de primavera tardía tan distintos y especiales que su vista le permitía distinguir; aireando su cabello al viento, su rubio y dulce pelo sin trabas ni cortapisas, elegante y bien cortado, su mirada altiva, despierta y sin reparos; ojos negros y vivos que le alentaban a la curiosidad de todo cuanto veía. No perdía atención de lo que el horizonte reflejaba en sus ojos, todo lo embebía como un niño pequeño que absorbe cuanto ve, oye y escucha. Para él, todo era un continuo aprendizaje, se fijaba en cualquier minucia que pasara a su lado, era un personaje atento y extraordinariamente crítico, le gustaba comentar o al menos expresar comentarios, ya fueran de palabra de cara hacia los demás o simplemente para su interior pensamientos acerca de todo lo que pasaba por sus sentidos.

Al paso por una entrada semiabierta, de hierro forjado en forma de triángulo, por el parque Juan Carlos, se adentró para alargar aún más su paseo matutino. Olió las flores, caminó entre prados inmensos y repletos de amapolas y margaritas, escuchó el revoloteo incesante de los pájaros y esparció semillas por los campos. El aire y leve vientecillo de la mañana penetraban en su cara y le acariciaban la tez morena y suave que tenía, le estimulaban para seguir andando y paseando y le proporcionaban una respiración más profunda permitiendo que su olfato extrajera los olores ocultos del fondo de la tierra.

Sus huellas grandes se quedaban plasmadas en la tierra recién regada por los aspersores, mientras que la sombra de sus pisadas se proyectaba hacia la sombría vereda del parque que únicamente se adentraba por algunos lugares de él. Escuchó a lo lejos a los niños, voces infantiles de los niños de un colegio y decidió sentarse en un banco a tomar el sol. Era un sol temprano, sin fuerza pero agradable, sentirlo era como la caricia de los niños sobre la cara y, sin darse cuenta se quedó dormido. Seguramente en su sueño, encima del banco, duro e incómodo,  ignoró el tiempo y el espacio, se adentró en el mundo onírico y misterioso y voló por ese mundo de ensoñación, en el que los humanos vivimos buena parte de nuestra vida, en donde los sonidos, los colores y los olores son más fuertes e intensos que en la vida real y donde todo parece ser vivido de verdad, en donde los prohibidos de la vida real y consciente afloran y se hacen patentes, no existen tabúes ni reglas ni límites de ningún tipo.

Los sueños se construyen a base de pensamientos y deseos incestuosos que el hombre en algún momento dado de su vida desea, anhela y quiere con fuerza, los disfraza y los tapa, los envuelve de misterio pero jamás los desvela. Sus pasiones ocultas las guarda para dentro, a veces las ignora realmente o mejor dicho, las conoce bien pero no las comparte por miedo al ridículo, al qué dirán o a la propia perversión si es que existe.

Primavera de Vivaldi
Dormido profundamente estuvo varias horas hasta que un señor le despertó y le advirtió de las quemaduras que tenía en su piel, sus piernas desprendían un calor insoportable, su espalda había permanecido tanto tiempo al sol aunque encogido con la cabeza agachada y una gorra puesta que, diríase  que la tenía abrasada y hasta cuarteada por los rayos del sol que, en un principio eran suaves pero, ahora, pasadas ya varias horas eran intensamente fuertes. Se levantó como pudo y miró el reloj, sin saber muy bien dónde estaba, se estiró y sintió los dolores punzantes del sol en su cuerpo, pudo comprobar cómo sus piernas y brazos estaban abrasados o bastante quemados por el sol y rápidamente, se puso en posición erecta para caminar. Pero, se incorporó, fue hasta una fuente y se roció la piel con gotitas frías de agua. Notó un gran alivio y su mente mejoró, empezó a funcionar, se protegió del sol debajo de un árbol y admiró de nuevo la belleza de la Madre Naturaleza, viva y alegre, sonora bajo el trino de los pájaros que invadían el parque.

Comentarios

  1. Bonito relato.
    Muy descriptivo.
    Yo que amo la naturaleza, me quedo con la parte donde disfruta del olor de las flores y el canto de los pájaros.
    Y por supuesto, con ese mundo onírico y misterioso.
    Un saludo.

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