UNA MARIPOSA EN NAVIDAD



“UNA MARIPOSA EN NAVIDAD”


Erase que se era, una dulce y bella mañana del mes de diciembre, una mariposa volaba lenta y pausadamente. Su vuelo suave y armonioso invadía por doquier, sus alas de múltiples colores eran signo de elegancia y libertad. Los trinos de pájaros, el sonido del agua, la brisa de la mañana y el ruido de las hojas convertían los bosques en la más absoluta belleza. Ardillas que trepaban con rapidez por los troncos de los árboles, castores y marmotas que salían y entraban de sus madrigueras. A lejos, se divisaban los ciervos cuidando a sus cervatillos recién nacidos.

 El frío intenso acechaba al bosque, pero el sol clareaba entre los árboles. El silencio de los hombres resaltaba aún más el eco de la montaña, el rugir del viento y el continuo "ir y venir" de los animales. La mariposa se posó en una flor roja, de las pocas que aún quedaban. Olió su perfume, lo saboreo y jugando alegremente la escuchó:

  • Hola mariposa, dónde vas tan pronto y mañanera, merodeando sin saber qué es lo que acontece?"
  • Mi silueta me delata y, más bien, tu dirás, que debo oír y que ha de pasar?
  • No lo sabes todavía?... Parece mentira, tan viajera y divertida, que no sepas de su llegada¡
  • De quién hablas, tal vez, deba yo saber su venida?
  • Ha nacido en una cueva entre pajas un niño, al lado del arroyo que separa el camino..
  • Un niño¡
  • Dicen que su madre le guarda y una gran estrella ayer le iluminaba
  • Volaré muy alto y, desde el cielo, lo veré.
  • Han ido a verle muchos animalitos del bosque y dicen que es un hermoso niño.
  • De quién se trata si es tan curioso?
  • Dicen que es una luz que alumbrará la tierra y el sol ; será grande y dichoso entre las gentes, traerá la Paz al mundo entero.
  • Y si vuelo muy alto, tú crees florecilla, que le encontraré?
  • Una potente estrella, de noche y de día, te guiará y, aunque creas que estás perdido, le encontrarás.

Rápidamente y sin pensárselo mucho, la mariposa voló y voló. Por el camino se encontró mirlos, urracas, pájaros carpinteros, a los que también se lo contó. Todos juntos decidieron encontrar la cueva mágica y conocer a aquel bombón. Perdidos por la niebla de repente y el frío helado de la mañana, una paloma mensajera les guió. En lo alto vieron una estrella que les llevó.

 Arropado y acurrucado en un pesebre junto a su madre vieron al Hijo de Dios. Postrados a sus pies, suspiraron palabras de Amor y entre todos juntos, le llenaron de calor. La mariposa le deleitó con su voz un bello poema de Amor:

"Niño mío, niño mío tú que naces en un pesebre danos tu luz y tu calor. Desprendes fuego de Amor, derrámalo entre los hombres y danos tu bendición.

Trae la Paz al mundo, que no haya guerras ni miserias que haya unión entre las familias y que desaparezca el hambre.

Que el planeta tierra se conserve limpio y verde, que los bosques sean cobijo de belleza y libertad y que el sol ilumine la tierra sin más".

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