¿Qué responsabilidad tiene el autor frente al lector? de Almudena Mestre
Lo importante es
saber qué procesos y niveles de producción se dan en el lector para hacer un
análisis crítico del texto. Según el tipo de discurso con el que trabaje el
autor, ya sea científico-tecnológico (centrado en el
conocimiento de la científico o de divulgación), estético (centrado en la forma
trabajada del lenguaje y el contenido del mensaje), religioso (con elementos rituales
fundamentados principalmente en la palabra), retórico
(cuyo fin es persuadir o convencer para aceptar determinadas ideologías), educativo
(cuyo fin es transmisión de conocimientos), histórico (eventos ocurridos a
través del tiempo y político.
Según Eco, a través de la permanencia del texto existen múltiples
interpretaciones donde se aúnan las reacciones de los lectores o consumidores.
De esa forma vivimos en la era de la posmodernidad donde existe libertad e
igualdad ante las opiniones, análisis e interpretaciones más diversas ante los
textos literarios. Y nos encontramos ante la estética de la recepción en donde
el lector se enfrenta ante el texto siendo la clave para su comprensión y
explicación. Si uno se fija en el estructuralismo la tención se pone
simplemente en el texto, es decir, como decía Roland Barthes, el texto sufre una
ruptura con el autor, “la voz pierde su origen, el autor entra en su propia
muerte, comienza la escritura” (Barthes, El Susurro en el lenguaje: 75).
El autor únicamente es el que escribe, nada más, siendo un
mero sujeto que define el texto por medio del lenguaje. El autor se ausenta a
todos los niveles del texto puesto que ha nacido en la posmodernidad al mismo
tiempo que el texto, el tiempo de la enunciación, el “aquí y ahora” donde se ha
escrito sin más origen que el mismo lenguaje que le da forma. Al tener el texto
una forma con múltiples dimensiones, éste está entretejido por otros textos y
citas provenientes de diferentes culturas. Si le damos un texto a un Autor, lo
que hagamos según Barthes es cerrar la
escritura. Al crítico le interesa encontrar al Autor a través de su obra para
desenredar y descifrar la estructura de su obra recorriéndola, no atravesándola.
Por el contrario si uno centra sus expectativas para
explicar el texto literario en el lector nos encontramos en la famosa polémica
de la recepción. De esa forma el lector debe suplir y completar la estructura esquematizada del
texto según Roman Ingarden; sin embargo, la interpretación de los textos para
Gadamer se basa en las ideas
preconcebidas o prejuicios que tenga el lector que se enfrenta a ellos, visto
siempre desde un punto de vista histórico.
Iser
va más allá y opina que existen mecanismos potentes que operan en el control de
la lectura para iniciar una comunicación entre el autor y el lector. Si existen
vacíos en el texto, el lector los irá rellenando y suplirá lo que no está dicho
en el texto. Las implicaciones, es decir, esas referencias a lo que no se dice
surgen a partir de lo que se dice siendo
sin embargo, las afirmaciones las que dan cuerpo y sustancia al significado del
texto. Existe por tanto una interacción entre lo explícito y lo implícito, lo
oculto, lo misterioso y lo enterrado. Mientras los lectores llenan los huecos o
vacíos, giran sobre un eje textual y de ese modo adoptan una actitud frente al
texto invocando siempre a completar con conocimientos familiares y
determinados. En los textos literarios existen múltiples perspectivas que
esbozan la visión del autor y así el lector puede acceder lo que debe
visualizar.
El
lector es el factor primordial del texto como actividad receptora y es el que
constituye la obra después el punto de vista artístico; según Jauss el lector debe interesarse por la
parte estética del texto es decir cómo el lector concretiza el texto literario.
Por
tanto, ¿cuál es el sentido de responsabilidad social que tiene el autor frente
al texto?
A
veces el autor fomenta en el lector lo que quiere oír, transmitirle el mensaje
que escuchar en su mente sobre una realidad social e histórica en donde él se
ve inmerso. Pero al mismo tiempo es importante inducirle a leer lo que la
sociedad desaprueba. La construcción que se hace del lector tiene relación por
tanto, de un poder que posee el autor, donde entran en juego, los valores, los
arquetipos y los fundamentos de una sociedad donde el lector inmerso.
El
AUTOR SE SIENTE RESPONSABLE de cuanto escribe, ya que induce a reflexionar y a
dirigir la mente del lector por caminos predeterminados produciéndole cierto
protagonismo que a veces le crea desazón y angustia.
¿El autor debe
cambiar o modificar su escritura de acuerdo a los efectos producidos en el
lector? A mi juicio no sería correcto ya que perdería la autoría del
texto inducida por las deseos o preferencias del lector dirigiendo los
pasos hacia su terreno, dejando su “yo” en segundo plano y coartando su
libertad, su estilo literario, anulando la personalidad y disfrazando su
ideología social, cultural y política.
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