"Los mecanismos de ficción" de James Wood

James Wood (Durham, 1965) es crítico literario y escritor de diversos ensayos y novelas. Es también profesor de Crítica Literaria en la Universidad de Harvard y colaborador de The New York Times, The New Yorker, The New York Review of Books y la London Review of Books. Considerado uno de los personajes más influyentes de las letras estadounidenses, es autor, entre otras obras, de The Broken Estate: Essays on Literature and Belief, The Irresponsible Self: On Laughter and the Novel y The Fun Stuff.

En su libro “Los mecanismos de ficción” publicada por Penguin Random House Grupo Editorial España nos desvela sus críticos de novela favoritos del siglo XX, el formalista ruso Viktor Sklovski y el formalista-estructuralista francés, Roland Barthes. En su libro intenta dar respuesta a cuestiones básicas del mundo de la ficción como el realismo real, la metáfora afortunada, la caracterización de los personajes de ficción, la conmoción de la crítica literaria y otras que atañen e importan a la crítica literaria actual.

Se sumerge en la figura del narrador de una historia y en la forma en que los lectores hemos de leerle. Si el estilo del autor por lo general hace que la omnisciencia en tercera persona parezca parcial y llena de modulaciones es más fácil y creíble la historia. Existe un código de referencia o código cultural que Roland Barthes denominó de esa forma por el cual, un escritor apela confiadamente a una verdad universal o consensuada, o a un corpus de conocimiento cultural o científico compartido similar al que Tolstoi se acercaba relacionado con esa omnisciencia del autor. James Wood nos explica cómo el novelista trabaja con tres lenguajes simultáneamente, su propio lenguaje, el estilo y sus herramientas de percepción y demás. El escritor hereda el lenguaje de la ficción antes de que esta llegue hasta transformarlo y convertirlo en una novela así como el lenguaje cotidiano que le rodea.

Gracias a Flaubert y su narración realista moderna conocemos cómo “el escritor acerca y aleja el zoom a voluntad” nos recuerda James Wood y de ese modo le ve como el verdadero fundador de la narrativa moderna de ficción basada y centrada en los detalles, en la descripción minuciosa del observador. Barthes sin embargo va en contra de determinados efectos del realismo de Flaubert e incide en los conceptos relevante/irrelevante para adentrarse en la verosimilitud del relato.

Cuando indaga en la creación del personaje de ficción, centra su atención en cómo el lector consigue hacer reales los personajes de ficción y en el nivel de realidad que permiten estos a adaptarnos a sus convenciones, sus ideas, sus propias características, su mundo.

“El auténtico escritor, el sirviente libre de la vida, es aquel que debe actuar siempre como si la vida fuese una categoría más allá de todo lo que haya podido captar hasta el momento la novela; como si la vida misma siempre estuviese justo a punto de convertirse en convencional” (James Wood).