Marginalidad y frontera en la literatura brasileña















SINOPSIS
A pesar de la diversidad cultural, la desigualdad y exclusión social de Brasil (favelas, villas, presidios) se configura un espacio dentro del campo literario con un nuevo tipo de escritura, la llamada “literatura marginal”. Esto supone una aproximación a una expresión literaria que ha emergido en los últimos años y que actualmente forma parte de la historia brasileña. Repasaremos el escenario literario en Brasil y analizaremos el término “marginal”, referentes y usos. Resaltaremos la importancia de reivindicar el locus literario a través de la figura de Ferréz (Reginaldo Ferreira da Silva) así como, su implicación en la recuperación de los residuos literarios y resurgimiento de la tradición. En definitiva, se intentará dar un enfoque realista de la literatura marginal brasileña y las dificultades que tiene en el mercado editorial aportando una visión positiva y esclarecedora en las Jornadas sobre Marginalidad en la literatura y las Artes organizadas por el Máster de Estudios Literarios en 2018.

Palabras claves: literatura brasileña contemporánea, literatura marginal, Ferréz; marginalidad; marginal; marginalizada; hip hop; rap

INTRODUCCIÓN
§  Escena literaria en Brasil. Definición del término “marginal”, referentes y usos
§  Ferréz (Reginaldo Ferreira da Silva) y la reivindicación del locus literario
§  El mercado editorial
§  La recuperación de los residuos literarios y la tradición
§  Realismos en la literatura marginal brasileña

El término “marginal” se refiere a las obras de autores que no están en el mercado editorial y de autores que se oponen a los cánones de la literatura; “marginal” es un adjetivo empleado por los propios autores de las periferias contemporáneas para describir sus producciones. Se denomina Literatura marginal villera debido a que son las villas o favelas los lugares de producción y los espacios narrativos donde se encuadran los márgenes de sus autores. Este tipo de literatura irrumpe entre los márgenes del mundo social y la sociedad letrada en Brasil. El lenguaje, las tramas de las novelas y los personajes que se desenvuelven en ellas destacan por su particularidad de producción y narración y reflejan la vida y los problemas de los barrios donde habitan, con las costumbres, el ocio y la diversión en el contexto social donde se desarrollan.

Existen “tres movimientos o inflexiones en el empleo del concepto de marginal a lo largo del siglo XX e inicios del XXI, a saber: literatura marginalizada, en tanto no entra en los criterios del canon de la época; literatura sobre la marginalidad, en la medida en que se incorporan personajes, espacios y situaciones de las vidas subalternizadas; y literatura marginal, que es producida por los mismos sujetos que viven, en este caso, en la favelas”. (Estupiñán Serrano, 2014: 99-100).


Lima Barreto (1881-1922) reunió bajo el concepto de Marginalia a un conjunto de textos referidos a temáticas y escritores populares abordados desde artículos periodísticos, crónicas y noticias que marcaban la frontera con el canon literario. Orestes Barbosa compositor, periodista, columnista y poetabrasileño muestra predilección por los suburbios y la cárcel tal y como se ve en su obra Banbanban (1923), donde se describe el mundo del crimen y la malandragem. Del mismo modo, Antonio Fraga en su novela Desabrigo (1942) ficcionalizó la vida de las prostitutas y los malandros manifestándola a través de la jerga empleada por sus personajes y la falta completa de puntuación; esto pone de manifiesto un efecto estético mediante la oralidad establecida entre sus personajes y las situaciones vividas.

A finales de los años 50, el periodista Audálio Dantas rescata del fango a Carolina Maria de Jesus(1914-1977), una figura marginal cuyas anotaciones de diario le llaman la atención y publica en un medio paulistano un reportaje sobre la favela en la que ella vivía. Dos años más tarde salen a la luz los momentos más duros de esta mujer en la obra Quarto de despejo: diario de una favelada donde se resaltan el hambre y la miseria.

Se aúnan poco a poco las voces literarias en un país de enorme riqueza cultural y literaria con una gran variedad histórica-legendaria y se aborda la realidad social de los barrios periféricos brasileños cuyas realidades se han ocultado por la dominación simbólica. Apartados del canon literario actual, estos escritores de los bajos fondos de la ciudad, como es el caso de Ruben Fonseca, Ferreira Filho, Ferréz o Luis Ruffato se caracterizan por ser los primeros representantes de la Literatura Marginal brasileña encabezando los dos primeros al submundo metropolitano. Durante los años sesenta, la literatura marginal se distancia de las formas estéticas y de los recorridos editoriales aludiendo a todas aquellas producciones que no estaban avaladas por la dictadura militar siendo una verdadera amenaza para el sistema instaurado en 1964. Hacia los años 70 los escritores se vieron obligados a ser portavoces de su situación precaria y reflejarlo a través de sus personajes, situaciones narradas y escenarios elegidos. La literatura marginal estaba desestimada por la crítica y arrinconada del sistema literario. En los años 80 se seguía prestando poca atención a los sectores marginalizados del país y lo que “se busca es que las temáticas, los personajes y los escenarios estén centrados en la representación por parte de un intelectual de los elementos subalternizados de la población” (Estupiñán Serrano, 2014: 99). La etiqueta de “marginal” se refería a los autores vinculados a minorías (mujeres, homosexuales y negros). Lo marginal se incorpora al objeto de la narración y de esa forma se acerca al lector a las condiciones en las que vive el pueblo brasileño.

, con nombre artístico Reginaldo Ferreira da Silva (Capão Redondo, São Paulo, 1975), es uno de los precursores en reivindicar el locus literario mediante la problemática que gira en torno a las favelas y sus habitantes. Su reivindicación pasó de ser una asignación externa dada por la crítica a una autoasignación. Por tanto, son los propios autores marginales los que desean articular a un grupo de escritores con ciertas características que los identifiquen. Ferréz convocó a escritores, poetas y raperos para contribuir con sus historias en torno a la vida de las favelas y legitimar su voz de forma realista.

En 2001 Ferréz se encarga de organizar una edición especial de la Revista Caro Amigos, con publicaciones de escritores de las regiones suburbanas de San Pablo clasificándola dentro de la Literatura y más concretamente, “cultura periférica”; más tarde añadió dos números más, en 2002 y 2004.El espacio cultural de la Literatura Marginal se amplió del barrio a la periferia en la gran ciudad a finales de los noventa empezaron a analizarse desde el principio las producciones textuales autodenominadas “marginales” o “periféricas” de los acallados por el sistema, de los silenciosos que poco a poco, comenzaban a tener voz y al mismo tiempo, la clase media empezaba a escucharlos y leerlos.

Dentro de un contexto cultural brasileño, el “Movimiento de Literatura Marginal” destaca por una serie de aspectos. En la revista Caro Amigos se denomina “marginal” a la literatura articulada y distribuida más allá de las fronteras de los barrios que aglutinaba poemas y relatos de escritores cuyo origen proviene de las zonas más pobres de Brasil. Los temas de estos escritores marginales siempre han estado vinculados a la vida y a la historia. La edición de la compilación de estas voces literarias brasileñas no son poemas ni relatos firmados de forma colectiva sino que forman parte de una colección y están firmados de forma individual.  Cada autor comienza a formar parte de compilaciones legitimando su identidad dentro de los denominados “poetas de saraus”, espacios dedicados a lanzar sus propias creaciones al igual que dentro del propio sello del sarau en los que existe una identidad colectiva manifestándose al comienzo de cada número con el llamado “Manifiesto Abertura: Literatura Marginal”. Existe un pacto referencial con los lectores por parte de los escritores vivos que firman los textos de la revista en la que cada uno de ellos resalta su biografía, el barrio donde vive, el trabajo y la militancia si es que la tiene. Dentro de los agradecimientos de estos los números publicados hasta ahora de la revista Caro Amigos, existen referencias a escritores del pasado que tuvieron una fuerte repercusión social debido a su temática y estuvieron vinculados a la periferia y/o negritud.

Los textos que componen la literatura marginal se extrapolan de lo escrito y reproducen la lengua hablada suprimiendo consonantes e incluyendo las vocales. Los textos bien leídos o escritos se asocian al graffiti o a la reproducción de xilografías y se unen al movimiento del hip hop y a la literatura de cordel, arraigada de forma especial en Brasil. Los escritores periféricos escriben y declaman textos sumergiéndose en la oralidad y escritura que les caracteriza. La palabra “marginal” identifica a estos escritores con las representaciones ficcionales y gráficas dentro del mundo del hip hop. Los tres números especiales de escritura marginal llevaron el nombre de “Ato” activando los campos discursivos y reflejando una preocupación política, estética, de intervención y de práctica. En los saraus se nota la presencia del hip hop, del ritmo del rap, de los graffitis (en las tapas de las revistas) y del break dance. El término “Ato” se refiere al universo del hip hop y más concretamente a la actitud o consciencia ante semejante movimiento cultural.

El elemento constructor de los poemas declamados en estos saraus tiene influencia del rap que como bien sabemos, nació en los barrios suburbanos de Estados Unidos, en medio de las luchas civiles y políticas de los negros. Existe una clara unión entre el hip hop y el rap dentro de un movimiento social organizado a través de una red que articula un principio de identidad común definido por un proyecto de transformación que yace detrás de la literatura. El Movimiento de Literatura Marginal focaliza la literatura en la circulación de libros, declamaciones y clases y busca un espacio para ello. Del mismo modo se abren horizontes de acceso en los saraus de poesía como instituciones periféricas con una clara misión pedagógica. Las preocupaciones de escritores desconocidos en la mayoría de los casos no son únicamente sociales sino literarias cuyo objeto es el de reconocer un lugar en el campo literario de Brasil según una lengua y genealogía comunes. La periferia de las grandes ciudades como lugar aislado y apartado y el mapa de la literatura brasileña cerrado a una potente trayectoria letrada permiten al Movimiento Literario y Social modificar el escenario actual y dar cabida a más escritores ocultos y desarraigados.  La oralidad en los diferentes saraus ha servido para lanzar y vender libros de los autores periféricos y lograr que se distribuyan sus obras de forma autónoma, sin depender de editoriales, distribuidoras, librerías, etc.

Por medio de Ferréz, la literatura marginal unifica la temática de la marginalidad sometida de la periferia así como la realizada por “grupos marginalizados socioeconómica y geográficamente” (Estupiñán, 2014: 101).En el tránsito de los 80 a los 90 destacan los temas de la violencia, la inseguridad y la miseria. Ferréz publicó su primera novela en 2000 Capão Pecado y en 2003 la segunda, con título Manual prático do ódio, cuyos personajes son principalmente trabajadores, individuos alcoholizados, jóvenes que caen las drogas y el crimen; posteriormente se tradujo al español en 2011.Por un lado, Ferréz a veces intentó bloquear los acercamientos de la academia por otro lado no deseaba que su literatura quedase sumergida en un gueto.  

Algunos de los libros del momento intentaron sensibilizar a la clase media acerca de la violencia que constantemente se vivía en situaciones marginales socioeconómica y espacial. En 1997 se presentó Ciudad de Dios de Paulo Lins con un prefacio de Roberto Schwarzy se convirtió en un bestseller brasileño y llevado a la gran pantalla con la película del mismo nombre.

Una de las editoriales más importantes de Brasil, Companhia das Letras publica Cidade partida, de Zuenir Ventura (1994), inspirada en la masacre de Vigário Geral; Estação Carandiru de Drauzio Varella (1999), sobre las condiciones de vidade una de las cárceles más grandes de América Latina (Carandiru, São Paulo) y Memorias de un sobreviviente de Luiz Alberto Mendes (2001), presidiario que busca reflexionar y entender la criminalidad y el dolor de los habitantes de las favelas. (Estupiñan, 2014: 103).

Pero no todos los autores de esta época se sienten escritores marginales como Ferréz; Paulo Lins rechazó la etiqueta de escritor marginal al reconocer que su literatura era avalada por un sello editorial y estaba acompañada por la circulación en el mundo literario nada común al resto de los demás escritores.

Eloisa Buarque de Hollanda va más allá y la define como una nueva tendencia en la literatura brasileña, rebautizándola como “literatura hip-hop” por el recurrente uso de referencias e incorporación de textos provenientes del ritmo, también muy presente en las periferias de São Paulo.(Estupiñán, 2014: 102).

El formato de las producciones literarias en el mercado editorial ha cambiado; en los últimos años se ha pasado de las crónicas y los artículos periodísticos a las novelas, la poesía y las músicas de rap y hip hop para dar a conocer la vida de los residuos literarios rescatados en la literatura marginal. Debido a la diversidad cultural Brasil ha estado siempre marcado por trágicas desigualdades históricas tanto a nivel material como simbólico donde la literatura ha supuesto un acercamiento a la otredad y la literatura marginal periférica se ha mantenido en su espacio geográfico y simbólico, forjando un "sistema literario" independiente y autónomo.

BIBLIOGRAFÍA:


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-          LÓPEZ NATALIA Y NITSCHACK, Horst (2018). “Comunidad y afectos en la literatura marginal brasileña”. Estudios Avanzados, 28: 108-120.
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-          SAILVA, Simone (2011). “Literatura Marginal de las regiones suburbanas de la Ciudad de San Pablo: el nomadismo de la voz”.SiIpotesi, Juiz de Fora, 15(2): 13-29.
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