"ESE AMOR QUE TIENE A LA VIDA COMO AMANTE" de Jorge Adrian Hernández

Ese amor que tiene a la vida como amante.

Ese amor que llevo adentro, es el mismo que viaja a diario conmigo, el que me trajo muchos dolores…tantos que ya no me duelen.

El que abarcan mis libros que me brindan esa lectura que responsabilizan mi pensar, mi música que armoniza mi adentro, mi sentir, mis letras que sangran en precario formato artístico, es el mismo que me acompaña en mi almohada desteñida por la sal de mis lágrimas y babeantes de agitadas noches de alcohol que saben a calmantes de pasados impostergables decretados por el hoy. Solo queda el mañana que solo podré vivirlo transitando intensamente el presente. En definitiva nadie sabe qué hará el en el próximo albor.

A bien con la verdad quedan restos aún rancios… con olor a humedad impregnados de soledad. Me espanta la respuesta de un jamás.  Pero ese amor que llevo por mochila, ese amor que cuesta tanto militar…es mi singularidad, no está en mí ser canon. Mi camino indica el desentrañar esos formatos de mentiras a descubrir.

Ese amor que irrumpe mis noches, ese amor que me provoca amnesia de odios, ese amor que tanto trabajo cuesta. Ese amor que evoluciona en pesadumbres infinitas que transitan mis ocasos transformados en un difuso y novel  poema presto a nacer. Ese amor que enfrenta la ignominia que persigue a la dignidad sus pasos y se dibujan en prosas mojadas con lágrimas que esperanzan un nuevo amanecer. En definitiva la felicidad difiere del delito.

Ese amor que enamora. Ese amor que camina hacia el bien mejor, no hacia el mal menor. Ese amor que escapa a la mediocridad engalanada de sentido común. Ese amor que vomita palabras espontáneas y nobles que salen del alma. Y de mi alma nacen solo palabras con preguntas sin respuestas, ávidas de saber…de entender. Ese amor no se puede acabar,  no sabe de olvidos, ni resentimientos…pero goza de buena memoria. Ese amor que tiene a la vida como amante. Ese amor en el que no conoce ni la derrota ni el triunfo porque este amor no es un juego. Es amor. Sencillamente amor…

Ese amor que es el arte de fecundar otredad…pero también la inspiración y sabiduría del ejercicio del silencio de estar con uno mismo. Y de mirar, escuchar, gustar, oler y observar ese silencio. Todos los sentido prestos al servicio de ese amor, de ese silencio.

Ese amor que no busca nada y encuentra todo. Es amor que se empecina en construir confianza que el odio destruye en un santiamén. Ese amor que derrite fronteras y te moja en emociones…en sentires. Ese amor de penumbras que deviene oscuridades en resplandores

Ese amor que propone…disfrutar de una mirada, un violín, una sonrisa, una caminata, una prosa engalanada  o tan solo una lluviosa madrugada. Un amor que no preocupa, sino más bien se ocupa…ocupa.

Amores sin prisas, con risas. De disciplinas indisciplinadas. Amores que disuaden ignorancias y enrolan sabidurías. Amor con energía cual río corriente abajo. Amores que no permiten miradas con destinos inciertos. Amores antónimos de corruptos, sinónimos de deidades.

Amores que impoluten al mal, amores que comulguen el bien.  Amores que copulen autoestimas y ajusticien egos.

Amor que sea verbo. En primera, segunda y tercera persona. Amor de mi, Amor de vos, Amor de él, Amor de ella, Amor de vosotros, Amor de nosotros, Amor de ellos… Amor que penetre realidades

Amor que camine descalzo desafiando gravedades, amor que marchen pasos dejando huellas de coraje por sobre los miedos. Amores que sean caminos. Amores que no sean grandes, pero que nunca dejan de crecer que pierdan la noción ante la costumbre.

Amores que no mientan…pero que tampoco silencien la verdad. Un amor que sea arte no mercado, que sea creación y no cotización. Un amor de locuras en definitiva las locuras poseen dosis de razón.

Un amor prodigioso que no sea cómodo, si es cómodo seguramente no será prodigioso. Eses amor que valga la alegría tal como para no rendirse, si te rindes ese amor no vale la felicidad…o no es amor.

Yo – 26/12/2015